FECHAS OPOSICIONES DOCENTES 2026
Nos dirigimos a ustedes como amplio grupo de profesionales del ámbito educativo y futuros aspirantes a las oposiciones docentes previstas para el año 2026, con el fin de solicitar formalmente que se mantenga la convocatoria de dichas pruebas en las fechas habituales del mes de junio, tal y como se ha venido realizando tradicionalmente.
Consideramos que un posible aplazamiento al mes de septiembre tendría consecuencias negativas tanto para la calidad del servicio educativo como para las condiciones laborales y personales de los aspirantes. A continuación, exponemos los principales motivos que respaldan nuestra petición:
1. Inicio de curso escolar: una etapa crucial para la estabilidad del alumnado
Celebrar las oposiciones en septiembre supone interrumpir uno de los momentos más delicados del curso: el inicio escolar y periodo de acogida. Esta etapa requiere la implicación plena del profesorado para:
• Participar activamente en reuniones con familias, equipos docentes y servicios de orientación.
• Diseñar e implementar los planes de acogida y adaptación del alumnado, especialmente en Infantil y Primaria, donde el acompañamiento emocional y organizativo es clave.
• Establecer vínculos y rutinas con el grupo-clase y su tutor/a, fundamentales para generar un clima educativo estable y seguro.
En este contexto, cualquier ausencia prolongada o incorporación tardía del profesorado afectaría directamente a la calidad educativa y al bienestar de los niños y niñas, dificultando una transición ordenada y coherente en el comienzo del curso.
En junio el periodo de coincidencia de oposiciones y alumnado en el aula es muy inferior, con lo que el impacto para los estudiantes es menor.
2. Problemas organizativos por sustituciones y desajustes de plantilla
Cuando las oposiciones se celebran en Junio muchos docentes lo toman para estudiar y no causa baja, simplemente se desactivan.
Si las oposiciones se celebran en septiembre, se producirá una rotación inmediata del personal docente, pues los interinos y sustitutos que actualmente desempeñan sus funciones serían los mismos que concurren a las pruebas. Esto generaría:
• Numerosas bajas temporales por exámenes que dificultarían la organización del curso.
• Sustituciones de última hora, en muchos casos sin continuidad pedagógica.
• Desajustes logísticos y de planificación en los centros educativos en pleno inicio de curso, con consecuencias para alumnos, equipos directivos y familias.
3. Condiciones climáticas desfavorables en septiembre
El mes de septiembre en nuestra comunidad sigue registrando temperaturas muy elevadas, lo cual:
• Complica la concentración, el rendimiento y el bienestar durante la realización de pruebas de larga duración, tanto teóricas como prácticas.
• Supone un riesgo adicional en aulas y espacios sin climatización adecuada.
4. Implicaciones profesionales y administrativas: toma de posesión y pérdida de curso
El retraso en las oposiciones al mes de septiembre tendría un efecto dominó en el calendario administrativo:
• La toma de posesión se vería retrasada hasta septiembre de 2027, lo que implica una pérdida efectiva de un año completo en el desempeño del puesto de trabajo para quienes superen el proceso selectivo.
• Esta demora perjudica directamente al opositor, al sistema educativo (que retrasa la incorporación de nuevos funcionarios) y al alumnado (que pierde continuidad con su profesorado)
5. Garantizar el descanso necesario de los aspirantes
Mantener las oposiciones en junio permite a los aspirantes:
• Disponer del mes de agosto como periodo de recuperación física y emocional, tras el esfuerzo realizado durante el curso escolar y el proceso de oposición.
• Prepararse con garantías sin interferir con el inicio del curso siguiente ni comprometer la calidad de la enseñanza durante ese periodo.
6. Compatibilidad con las funciones del tribunal y respeto a la labor docente
Celebrar las oposiciones al finalizar el curso escolar, como ocurre en la mayoría de comunidades autónomas, permite que los miembros de los tribunales cumplan adecuadamente con sus funciones sin interferir en su labor docente directa.
De lo contrario, si las pruebas se programan en septiembre, los docentes que formen parte de los tribunales se verán obligados a aparcar temporalmente su trabajo en el aula justo en el inicio de curso, uno de los periodos más sensibles y exigentes. Esto supondría:
• Interrumpir la vinculación con su alumnado en un momento clave de construcción de relaciones y establecimiento de rutinas.
• Delegar su responsabilidad educativa en sustitutos de forma precipitada, afectando la continuidad pedagógica.
• Desatender un trabajo que, como profesionales vocacionales, se realiza con compromiso y entrega desde el primer día de clase.
Respetar el calendario tradicional de oposiciones en junio permite que los docentes designados como miembros de tribunal puedan atender ambas responsabilidades con la calidad y dedicación que merecen, sin tener que renunciar a ninguna de ellas.
7. Efecto llamada a los aspirantes de otras comunidades autónomas
Si las oposiciones se realizan en otra fecha distinta a junio, periodo en el que son las oposiciones en la mayoría de comunidades de España, se producirá un efecto llamada y los aspirantes podrán participar tanto en las oposiciones de su comunidad como posteriormente en la de la Comunidad Valenciana en el mismo año.
Conclusión
Por todo lo expuesto, solicitamos a la Conselleria de Educación que mantenga la convocatoria de oposiciones en el mes de junio de 2026. Esta decisión garantizaría una mayor coherencia pedagógica, una mejor planificación organizativa y una protección adecuada tanto de los derechos del profesorado como de las necesidades del alumnado.
Quedamos a su disposición para cualquier aclaración adicional y agradecemos de antemano su atención y sensibilidad ante esta petición fundamentada.
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